Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

sábado, 28 de mayo de 2011

¿Quien evalúa a los evaluadores?

http://youtu.be/3t0Af3A2HsgCon la actual crisis económica, han aparecido en todas las noticias publicadas por los medios de comunícación, las denominadas "agencias de calficación  de la deuda" (Standard and Poors, Moody's, Fitch, etc). Todas ellas nos hacen pensar en quienes las componen y en quienes las han "acreditado" para su función. Porque se tra de eso, de dar "crédito"; es decir, de creer en la capacidad de alguien para hacer algo, para evaluar algo, o de ser "solvente".
Ya el hecho de que esté en entredicho la "credibilidad" de aquellos que nos tienen que hacer "creer" que algo o alguien valga más o menos, nos hace sospechar que toda esta estructura ideológica está sostenida por humo.
Los Estados, hoy día, pero también aquellos a quienes éstos deberían dar cobertura y protección: sus ciudadanos, y de entre ellos los más desfavorecidos, se encuentran inmersos en medio de todo este juego de "credibilidades", "acreditaciones" y "créditos"; sometidos a multitud de variaciones manejadas no sólo por estas agencias transnacionales, sino por las corrientes de opinión que generan, y por los grandes grupos de presión financieros (secretamente, o, al menos, camuflados) dominan o controlan a los dos anteriores (Estados y ciudadanos).
¿Pero en qué se basan  estos evaluadores, que se han autoabrogado "credibilidad" (o, peor aún, que se la han dado esos poderes financieros), para dar "crédito" y "credibilidad" a la cuestión de si se van a pagar deudas contraídas?
Es una pregunta que intentaremos responder: principalmente en sospechas y rumores que intenten calmar la paranoia estructural de la burguesía, la cual supone que todas sus posesiones y modo de vida son codiciados por todos, y que todos los demás, que no las tienen, desean poseer. por muchos cálculos que hagan para justificar sus valoraciones de "riesgo", en realidad se basan en sospechas y en la "creencia" (nunca la "certeza") de que los procedimientos económicos, que no sigan sus patrones, no son viables a la larga.
Estamos ante planteamientos puramente monetaristas, y quienes los sostienen no entienden que sólo con el papel moneda no se puede mantener un sistema productivo y de servicios, y que se olvidan de que el capital principal necesario para producir, basta con que sean los medios y maquinaria de producción, la tecnología y los encargados de utilizarlos (los "recursos humanos" y su capacitación laboral).
Un sistema productivo que se preciara, sólo debería utilizar el capital financiero de manera transitoria, en los instantes )que deberían ser lo más fugaces posible) en los que se produce el ibtercambio entre fuerza de trabajo, medios de producción, productos y servicios. Fuera de esos momentos, el capital financiero debería reducirse a la míbina expresión. Pero, bien al contrario, es el que predomina sobre otros tipos de capital y el que proporciona las "seguridades" con sus "acreditaciones", dar "crédito" y "dar credibilidad" a terceros, para calmar la manía persecutoria de quienes se han erigido en árbitros, sin estar "acreditados" para ello.
Antes hemos opuesto "credibilidad" a "certeza", como dos términos antitéticos, y si forzamos un poco más la imagen, veremos que, en realidad, la antítesis de "certeza" es "falsedad", por lo que "credibilidad" y "falsedad" se aproximan sospechosamente en el universo semántico.

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Pero todo esto de lo que venimos hablando, no afecta sólo a los pequeños o grandes Estados (sobre todo a los primeros); también afecta a los ciudadanos de a pie cuando necesitan pedir a lso bancos dienero y reciben, en lguar de ello, "crédito", exigiéndoseles, para su sorpresa, que den dinero, en vez de recibirlo.
¿Pero quiénes ocupan el lugar de las agencias de calificación de la deuda para el caso de estos ciudadanos particulares?: los "analistas de riesgo" ¿cuál es el procedimiento que utilizan estas figuras para calificar la futura deuda de los ciudadanos? Igual que con los Estados, aquel que menos tiene, sólo puede "contraer" una deuda de peor calidad; en definitiva, que a quién menos tiene se le cobra más, y a quién más tiene hasta se le hacen "quitas" ¡El sistema es perverso desde la base!
Ni las "agencias de calificación de la deuda" ni los "analistas de riesgo" se "cren" que solvencia (capacidad para solucionar) tenga que ver con capacidad de trabajo, responsabilidad demostrada y compromisos garantizados (con patrimoios materiales o inmateriales). sino que igualan "solvencia" con capital financiero y sólo se fían de la rapida liquidez (y volatibilidad) de ese capital, lo que provoca su sobrevaloración y su expansión en el sistema económico mundial, acogontándolo y actuando con él como un cáncer negro, que va necrosando paulatinamente las principales estructuras económicas de dicho mundo globalizado.