Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Flamenco: culto o religión

El título que encabeza esta entrada parece referirse a una duda o dilema acerca de la naturaleza del mismo; sin embargo con este título pretendemos plantear otra cosa: dos maneras muy diferentes de entender y, sobre todo, de vivir el flamenco.
Con esta diferenciación pretendemos distinguir entre el hábito de centrarse en los cantes o en los cantaores; o lo que es en lo mismo: en los palos (y sus creadores) o en sus intérpretes. Esta diferenciación es habitual en el mundo del arte, pero nos parece que es especialmente dramática en el flamenco.
Otra posible señal de esta diferenciación la encontramos en el carácter profesional o no del cante (o baile o toque), yéndose desde la práctica exclusivamente altruista de la práctica de los más hasta la más profesionalidad, en una gradación sin solución de continuidad; puesto que a veces los profesionales cantan (o tocan o bailan) desinteresadamente o los aficionados logran (aunque no sea la aspiración de todos ellos, ya que ha habido ejemplos de algunos que tenazmente se opusieron a su profesionalización, como Manuel Oliver de Triana). A este respecto, las contribuciones de Gerard Steingress, acerca de la importancia de la profesionalidad en el carácter del flamenco, son especialmente destacables.
Una vez dicho esto, deberíamos aclarar que entendemos el flamenco como culto en los casos en los que se siguen los pasos de los cultos propiamente entendidos: a) ritual (formando una liturgia), b) mitos asociados, c) héroes y d) objetos rituales. Por el otro lado, nos parece que el flamenco es más una religión para quienes lo siguen pero atendiendo más a los intérpretes (los nuevos ídolos) los que en realidad son seguidos, no importando tanto el enriquecimiento de cada palo y desviándose el enfoque y la atención de ellos. Habría que decir también que esta modalidad de seguir el flamenco es más propia de los poco "iniciados" en el mismo (culto de iniciación). También podríamos añadir que frecuentemente esta oposición entre forma de ver o sentir el flamenco se expresa con el inapropiado término "puristas" o "no puristas", hablándose a veces en estos casos del término fusión, cuando se mezcla el flamenco con otros estilos. Sin embargo, eso es inexacto, pues la fusión más conocida del flamenco, los cantes de ida y vuelta, nacen de la fusión entre el folklore hispanoamericano (no latino) y el andaluz, dando lugar a palos plenamente reconocidos en el flamenco mucho antes de que apareciera el término fusion (así sin tilde).
Decíamos pues que el flamenco tiene mucho de culto, y habremos de añadir que, por lo tanto, requiere de una iniciación; iniciación para el que lo "interpreta" e iniciación para quien lo escucha o lo ve.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Estuvimos allí

Estuvimos en el pasado XVI Congreso nacional de y II internacional de AIDIPE. Modelos de Investigación Educativa.

En estos congresos, la Asociación Interunivesitaria de Investigación Pedagógica (AIDIPE) lleva realizando una ingente labor de difusión de la investigación que se hace en España sobre el tema y a través de sus dos revistas vinculadas (RIE y Relieve) ayuda a difundir aún más esos trabajos.
Nosotros contribuimos a dicho congreso con una comunicación titulada: "El vocabulario emocional como punto de partida para la educación emocional", en el marco de la mesa dedicada a: "Alta capacidad, inteligencia emocional y habilidades sociales"; para ello contamos colaboración de 5 alumnos y ex-alumnos de la universidad de Sevilla.