Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

jueves, 31 de diciembre de 2015

Altas capacidades intelectuales y educación

Un asunto que suele ser debatido con respecto a las Altas Capacidades Intelectuales es el de la naturaleza, competencias o capacidades de los profesores o profesoras que atienden a los niños o adolescentes con AACCII.
Hay una corriente benévola en Pedagogía que sugiere, poco más o menos, que con buena voluntad y las técnicas adecuadas se puede formar a cualquier tipo de alumno alumna. este punto de vista es positivo en sí y no tendríamos nada que objetarle si no pensáramos que contiene una falacia dentro de su formulación. Esa falacia consiste para nosotros en que se considera de una manera vaga lo que son las capacidades, motivaciones o competencias de un profesor o profesora, sin precisar en referencia a qué contextos, a qué tipo de alumnos o a qué objetivos o materias pedagógicas se mencionan.
A lo peor, un profesorado motivado o entrenado para atender a niños o adolescentes considerados dentro de la norma, no lo está tanto para los que se salen por lo extremos de la llamada campana de Gauss. Puede ocurrir que para entender las reacciones de un niño o niña o adolescente con AACCII sea necesario tener también esas características cognitivas, emocionales, de personalidad... a la manera en que los grupos de apoyo (pues parece claro que ese apoyo lo necesitan en muchos casos) de ciertas dolencias, se basan en la experiencia de individuos que han pasado por las mismas situaciones, traumáticas o no; más que confiar el peso de la rehabilitación en un especialista o terapeuta, a la usanza habitual. En nuestro caso, nos parece claro que alguien con AACCII debe ser el principal responsable (aunque no sea el único) de la educación de niños o adolescentes con AACCII. Y ello nos parece también válido para quienes están al otro lado de la famosa campana, aunque, por razones obvias, los semejantes no estén tan capacitados para supervisar su formación y educación, pero sí son deseables especialistas con algún tipo de discapacidad o con una especial sensibilidad (por las razones que sean) ante las discapacidades. No obstante, si pensamos en las características del aprendizaje cooperativo, también los que tienen dificultades semejantes a las suyas podrían formar parte de sus procesos de enseñanza-aprendizaje.
Pero volviendo a nuestros AACC, hemos de decir que, en muchas ocasiones, éstos están muchas veces en manos de docentes que no los entienden, desmotivados o incluso adversamente predispuestos, haciendo gala de un Complejo de Cronos bastante paradigmático, según el cual "devoran" a sus hijos, por temor a que los desbanquen, con desafíos propios de dioses y no de titanes. Con nula o escasa empatía hacia ellos o ellas y, por lo tanto, incapacitados para educarlos.
Y lo peor es que esa escasa empatía parece ser aplicable a una parte de la sociedad, a la que no le importa admirar o enriquecer a ases del balón, estrellas de los espectáculos o incluso celebridades de la política o las finanzas y, sin embargo menospreciar los talentos más intelectuales ("hay gente pa to", como dijo Juan Belmonte, pero esta vez con menos indulgencia). Por algún motivo, se teme que mentes algo más lúcidas hagan uso indebido de esa capacidad con fines poco beneficiosos para todos, a pesar de que la historia nos demuestra que los más peligrosos para todos, no son los grandes pensadores, sino aquellos humanos que son más violentos o hacen un uso más eficaz de la fuerza bruta.