Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

viernes, 12 de febrero de 2021

Altas Capacidades Intelectuales y clase social

     Frecuentemente se oye decir que las personas con alguna capacidad intelectual por encima de la media no necesitan ayudas, y que si no alcanzan mayores metas es por desidia o desinterés de ellas. Creemos que se ignora en tales casos la relación entre capacidades, rendimientos y necesidades, la cual genera a veces verdaderas dificultades, y se les priva en estos casos de ayuda al subestimarlas y, por lo tanto, se comete una injusticia con ellos.


Capacidades, rendimientos y necesidades

     Para empezar parece obvio que se necesitan capacidades o potencialidades, además del trabajo personal, para hacer frente a los desafíos que la vida plantea, ya sea de manera cotidiana o excepcionalmente. Pero también se ha de tener en cuenta que esas capacidades generan a su vez necesidades, como pueden ser la de satisfacer las ganas de saber más, el plus de curiosidad, la dispersión de las ideas que, a veces, son su consecuencia, el de creatividad muchas veces cercenada... Necesidades que a veces exceden lo que puede o quiere proporcionar la institución educativa. Y si ésta no lo hace... ¿quién lo hace?

     La respuesta a esta pregunta suele encontrarse buscando entre las familias, dependiendo de los recursos de éstas. Pero si los recursos necesarios faltan en las familias, entonces se presenta el problema, porque la capacidad que empezó siendo una ventaja puede convertirse poco a poco en una maldición.

La necesidad de saber más

     La necesidad de saber más, posiblemente se produzca como consecuencia del vacío cognitivo ocasionado por las preguntas continuas, que le surgen al niño o niña cuando intenta explicarse lo que ve o empieza a conocer; siendo quizás éste el motor que los lleva a mejores rendimientos mentales que el resto. Esta actitud implica un adentrarse en el terreno de las causas, del antes y el después, e implica por lo tanto, la irrupción en su universos cognitivo de la variable tiempo, no presente de manera formal en los primeros escarceos cognitivos del desarrollo humano. Todo ello genera una búsqueda de información que a veces no es accesible y sólo es posible conseguirla cuando se tiene una posición social favorable.

Un plus de curiosidad

     Consiste en no dar por sabido nada, y en buscar con deleite respuestas insospechadas. La curiosidad implica un placer; es decir, que no es precia la búsqueda de un beneficio inmediato como resultas del conocimiento que se adquiere. La curiosidad puede tener un componente de adicción, al estar relacionada con el placer y, por lo tanto, puede tener sus inconvenientes.    

     Así pues, el plus de curiosidad acaba convirtiéndose en un inconveniente cuando esa curiosidad lleva al niño con AACCII a centrarse en temas de su interés y a descentrarse de los que no lo son tanto. De este modo, de manera paradójica, el exceso de capacidad de concentración acaba pareciendo todo lo contrario y evitando que el "reflejo de orientación", del que habla Galperín, actúe a pleno rendimiento ( a este respecto hay quienes recomiendan el mindfulness para evitar estos efectos adversos).

La capacidad de seguir aprendiendo, sin límites aparentes

     Relacionada con la curiosidad está la capacidad de aprender, de modo que la primera es un requisito inexcusable: lo que se aprende puede ser de distintas naturalezas: rutinas de comportamiento, imágenes gráficas, sonoras... (estructuras perceptivas), ideas abstractas, informaciones sensoriales... Características de una mente joven que se pretenden prolongar a toda la vida. Esta capacidad implica no darse nunca por satisfecho con lo que se sabe, sino buscar respuestas más complejas que aquellas con las que se cuenta.

La dispersión de las ideas

     El exceso de curiosidad, lleva con frecuencia a una búsqueda sin rumbo y ésta, a su vez, a la dispersión de las ideas. Esta dispersión de las ideas se suele confundir con un síndrome atencional o con desinterés. En el primer caso se considera discapacidad algo que es su opuesto, por lo que se yerra en su tratamiento.

La creatividad más desarrollada     

     La creatividad más desarrollada genera incomodidad en muchos entornos sociales, que se resisten al cambio. Además, esa creatividad si se despliega en un entorno desfavorecido, puede generar perspectivas críticas incómodas para el "establishment". La reacción suele ser, cuando ocurre esto, que el/la sobredotado actúe autocastrando su creatividad.

La capacidad de automotivarse y autorregularse

     A veces se confunde con rebeldía, pero tiene que ver con que la persona tiene sus planes de actuación y no necesita ser dirigida, sino todo lo contrario. Nueva fuente de conflictos, porque si el niño/a pertenece a un entorno social deprivado cultural y educativamente, éste estará inmerso en una atmósfera de baja autoestima intelectual, que desanimará cualquier intento de pensamiento o comportamientos autónomos (que no rebeldes).


¿Es la sobredotación un salto cualitativo?

     A veces nos preguntamos si distingue a los que tienen sobredotación algo especial, y ésta no consiste sólo cambios cuantitativos. La respuesta a esta pregunta podría evitarnos tantas vacilaciones en el diagnóstico de la sobredotación y sería de una ayuda inestimable para poder atender con garantías a tantos niños y niñas, de familias con pocos recursos, que pasan desapercibidos y no reciben la atención debida, a causa del limitado entorno socioeconómico en que se mueven.

     Hasta ahora nos hemos limitado a percibir diferencias cuantitativas en determinadas funciones mentales o en percibir un número superior de funciones mentales, pero no hemos percibido ninguna diferencia significativa con otros niños, quizás porque éstas no existen o quizás porque las herramientas conceptuales que poseemos no sirven para ello.

     Aunque quizás se trate sólo de cambios cuantitativos que llevan a una nueva situación, como cuando un cohete va aumentando su aceleración hasta que lograr alcanzarla orbita: sigue siendo el mismo cohete (al menos en su parte esencial), por lo que no hay un cambio cualitativo. Del mismo modo, la persona con altas capacidades va aumentando sus rendimientos cognitivos y mentales en general, hasta que llega un punto que el aprendizaje le resulta satisfactorio en sí mismo y ya no necesita otro tipo de estimulación: ha entrado en "la órbita" de disfrutar del conocimiento "per se".

     Además, el símil de la órbita nos permite explicar porqué determinadas personas con destrezas cognitivas sobresalientes no alcanzan ese estado de gracia de disfrutar aprendiendo: las "fuerzas de la gravedad" (es decir, los condicionamientos sociales de su entorno) son tan fuertes que no les permiten alcanzar la órbita, y a veces ni despegar. Son como sirenas varadas.

     La adherencia y la viscosidad de la "atmósfera" de desánimo y autodesvalorización que rodea a las personas de las clases menos favorecidas, hacen que el "despegue" en estos casos sea mucho más difícil puesto que las posibilidades de refuerzo positivo son mucho más escasas.

     Pero hemos de pensar que ese "colocarse en la órbita" de disfrutar con el conocimiento, no puede considerarse un salto cualitativo en la naturaleza del niño o adolescente, porque siguen siendo "normales"; pero en una posición mental que les permite ver la realidad desde una perspectiva favorable. Cosa que, por otro lado, nos permite distinguirlos de los "listillos", que sólo cuentan a su favor con habilidades cognitivas, pero sin la chispa de la sobredotación.

     Por estos motivos, los esfuerzos que tienen que hacer los niños y adolescentes, de estas clases desfavorecidas, con altas capacidades intelectuales, son mucho mayores que los que tienen que hacer los ubicados en mejor posición social. Y como consecuencia, si una sociedad presume de permeabilidad entre sus clases, debe implementar en estos grupos la cantidad de energía necesaria para compensar el esfuerzo extra que precisan. Esta energía extra, por ejemplo, puede ser implementada mediante adecuados programas educativos.

¿Cómo evitar el perjuicio por el origen social?

- Detección exhaustiva.

     Porque los jóvenes y niños de colectivos desfavorecidos o insuficientemente incentivados de la sociedad (donde entran gran parte de las que se suelen denominar clases medias) suelen ser ignorados en sus méritos e interpretadas su respuestas a la marginación como rebeldía perturbadora o pasar desapercibida y entenderse como conformismo. Para mayor dificultad, los agentes sociales encargados de esta identificación, suelen adoptar una actitud reacia a la misma, cuando no están (o creen no estar) afectados por esta marginación.

- Programas de intervención generalizados.

     En este sentido no entendemos las reticencias de algunos profesionales, a la hora de implementar estas intervenciones. Reticencias que no se dan con la misma intensidad cuando se trata de evaluar otras NEAE. Un mal funcionamiento de estos programas  constituye un grave obstáculo, que va en contra del principio de igualdad de oportunidades.

     Mientras no se garantice que los niños con AACCII van a ser atendidos convenientemente, y mientras no se hagan pre-evaluaciones de los niños y niñas, antes de cundo se considera que la inteligencia está cristalizada (es decir, al menos durante el segundo o tercer ciclo de la Primaria), no podremos asegurar que no los estamos dejando al albur de situaciones no favorables para ellos y ellas.

- Oportunidades laborales reales.

     Debería ser habitual y tenidas en cuenta las capacidades de los aspirantes a empleos cualificados, y no ignorados, o simplemente relegados por potencialmente incómodos. Pero resulta difícil pensar que las empresas vayan a tomar un tipo similar de iniciativas. éstas, todo lo más que harán será tener en cuenta la mal llamada inteligencia emocional (idea gracias a la cual, sufrimos una una nueva versión del "proceso de culpación a la víctima"), si ésta repercute en un mayor rendimiento de sus trabajadores. Pero la alta capacidad de quienes no están bien posicionados socialmente, no es fácil que sea recompensada si no es por iniciativa estatal o social. y más en una época donde las becas de investigación, por ejemplo, se entienden como un mérito del currículo, y no como una medida compensatoria de las desigualdades sociales. Así vistas las cosas, se comprende facilmente que continuamos con la tónica de que quien sale desde un buen punto de partida, tiene la carrera ganada.