Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

martes, 13 de diciembre de 2022

Sevilla no es así

      Hay cierto cansancio en Sevilla ante la ola de desafección de muchas personas de su entorno medio, en concreto andaluces.

     Por desgracia, ese no es un fenómeno nuevo, pero tiene un precedente relativamente cercano y una figura destacada en el que fuera alcalde de Málaga, a finales del siglo pasado: Pedro Aparicio Sánchez. Este madrileño de nacimiento y de actitud, basó el gobierno de "su" ciudad en el agravio comparativo con Sevilla. Este modo de hacer ha provocado uno de los peores episodios de lo que en otro lugar denominamos La Némesis Andaluza.

     Como síntoma de esta desafección, desde los años 90, ha caído mucho cieno denostando a Sevilla, cieno que procede de intereses no declarados.  Puede que esos intereses surjan del interior del propio Estado, o al menos de una parte de él. Desde el Sur tenemos la impresión de que los partidarios de la centralización a ultranza, vieron con pánico cómo una parte significativa de la sociedad sevillana lideraba las reivindicaciones andaluzas frente al gobierno ubicado en Madrid.

     A esto se une el que raramente se oye desde otras provincias andaluzas criticar el centralismo desde Madrid. Y sin embargo sí se habla de privilegios de Sevilla, de que Sevilla representa en Andalucía lo tradicional (en realidad insinúan lo viejo y lo caduco), que vive a costa de una estructura burocrática sobredimensionada, mientras que de Málaga pretenden transmitir una imagen de innovación, de modernidad.

     Desde luego, si eso es así, es un fenómeno bastante reciente, pues Sevilla ha jugado desde la antiguedad un papel bastante destacado en innovación y en pensamiento puntero, con respecto a otras ciudades de la península.

    Pasamos ahora a enumerar algunos ejemplos de esto último:

    En esta ciudad, fue organizada la primera vuelta al mundo, unificándose, de este modo, todas las civilizaciones de aquella época en una sola.

     A mediados del siglo xviii, (época de decadencia económica de la ciudad -puesto que se le quita el monopolio del comercio con América, para dárselo a Cádiz-, surge en Sevilla la Real Academia de Buenas Letras. En ella coincidieron, junto con Manuel María del Mármol, su presidente, Reinoso, José María Blanco White, Alberto Lista... Entre todos ellos fueron capaces de fraguar la Junta Suprema que organizó la defensa contra la invasión francesa, y que fue la encargada de reclutar el ejército que derrotó a las tropas napoleónicas en Bailén. Tras la toma de Sevilla, esta misma Junta se trasladó la Junta Suprema en su repliegue a San Fernando primero y a Cádiz luego.

     Tras otra grave crisis -la del 92- se impulsó en ella la generación del 27, gracias a los actos organizados por su Ateneo, para homenajear al cordobés Luis de Góngora. Vertebrándose, de este modo, todo el movimiento intelectual y artístico de España en el siglo xx.

     Cuando surgieron las reivindicaciones por la autonomía en 1977, en la ciudad de Sevilla surgió el impulso principal que desembocó en las movilizaciones de 1977.

     Unos años más tarde, diversas iniciativas surgidas en la misma ciudad, acabaron desencadenando las transformaciones del 92, que los lerdos o los malintencionados atribuyen a los gobernantes de entonces, en lugar de reconocer que fueron fuerzas y dinámicas sociales surgidas en la ciudad de Sevilla, las que acabaron desencadenando dichas transformaciones.

     El caso es que quienes ven esas oposiciones dentro de Andalucía, no arece sino que, consciente o inconscientemente, quisieran repetir el modelo del Estado, que tantos sinsabores nos está proporcionando. Bicefalia entre dos núcleos de poder (en el caso de España, Madrid y Barcelona, uno que se auto-atribuye la representación de lo tradicional y otro la de lo progresista); mal haríamos los andaluces si seguimos dejándonos llevar por este modelo tan maniqueo.