Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Idas, vueltas y revueltas

     Se suelen nombrar con una ingeniosa expresión, los cantes que tienen influencias de las músicas de la América hispana. Se alude a un tipo de palo que ha madurado allí, cuando sus portadores andaluces, se dejaron impregnar por aquellas músicas, de modo que cuando volvieron, llevaban esas músicas fundidas con las que de niños habían oido en Andalucía.

     Son una serie de cantes (palos) muy definida: guajiras, colombianas, milongas, vidalitas... y, aunque siempre se olvida incluirlas en este grupo, las rumbas... de claro origen cubano (a partir del guaguancó), si no se nos olvida alguna más.

     Sin embargo, esta visión de las influencias externas en el flamenco, nos parece parcial: nos acordamos de las idas y vueltas Este-Oeste, pero con una sospechosa amnesia, olvidamos de las Norte-Sur.

     Vamos a ver cuáles son éstas. Desde luego, no se nos escapa que ese olvido está producido por influencias muy fuertes, pues son fácilmente percibibles las mutuas influencias entre las culturas a uno y otro lado del Estrecho de Gibraltar.

     Y no nos estamos refiriendo a influencias del pasado: hay un continuo intercambio demográfico que conduce a influencias fuertes entre las dos culturas: a pesar de las diferencias religiosas, a pesar de las diferencias étnicas, a pesar de las diferencias políticas, a pesar de las disputas por los límites territoriales... o quizás por todo eso.

     Quizás el siglo XVIII fuera el periodo de menos intercambio, desde hace dos milenios. Este periodo terminará cuando España, aprovechando el empuje colonialista de Europa en África, trate de buscar una compensación, para el final de su imperio, adquiriendo nuevos territorios, unas veces con el apoyo de Francia, y otras veces en competencia con ella. 

   Hay un palo en particular que creemos es una muestra de lo que estamos diciendo: la zambra. Si nos detenemos a escuchar las interpretaciones de este bonito palo, que han hecho diversos cantaores y cantaoras.

     Posiblemente fueron los gitanos del Sacromonte granadino, los creadores de la zambra, pero ¿viene ésta directamente de la tradición andalusí, o es una adaptación de sonidos "moros", para complacer a los viajeros que andan buscando lo exótico? Puede que la pasión orientalista de los grandes viajeros del siglo xix, y la ingerencia española en África, tras la primera guerra (1859-1860), intervinieran de algún modo en la evolución de las zambras; los investigadores de este palo quizas podrán decirnos algo sobre esto. Pero, a primera vista, el compás de este cante, más recuerda a algunas músicas populares del Magreb, que incluso a la de las nubas andalusíes.


Idas y venidas en la península

     Pero este trasiego de influencias no se limita al que se efectúa fuera de las fronteras españolas; también en el interior. En relación con esto, el caso de la conexión de las cantiñas-alegrías con las jotases bastante significativo... No somos únicos que hemos percibido esta relación: entre los flamencos recordamos a Pansequito haciéndola también en una entrevista. Y neuvamente pensamos que no es necesario remontarse a antes de los romanos para entender cuál es el origen de este palo. Es bastante probable que la presencia en Cádiz de destacamentos aragoneses o navarros, durante el cerco de la ciudad, en la Guerra de la Independencia, motivase que la población local, al oir las canciones de estos soldados, las aflamencasen.

     Además de lo dicho, recordar la relación que se suele establecer entre las muñeiras gallegas y las farrucas, la atribución sefardí de las peteneras, de las sevillanas con las seguidillas, de los cantes abandolaos con las verdiales... etc.