Recordando el conocido apelativo otorgado al conjunto palaciego de Beijing, nos preguntamos si en Sevilla no habrá también algo así como una ciudad prohibida.
El primer pensamiento se nos va a la gentrificación, pero sospechamos que se trate algo diferente.
En numerosas ocasiones he observado que las líneas de autobuses que van a los barrios periféricos suelen vaciarse en la ronda de circunvalación intermedia: la Ronda del Tamarguillo.
Hace poco les pregunté a unos adolescentes que cuál era la torre más famosa de Sevilla, y después de pensarlo mucho me dijeron que la torre Pelli.
Después de recobrar el aliento tras esta respuesta, intentaremos explicárnosla. Si es que se puede...
En Sevilla no existe, desde luego, ningún tipo de apartheid, entonces ¿a qué se debe ese comportamiento?
No obstante, a pesar de que nos sorprenda esta automarginación, a veces encontramos posibles causas: hace poco nos comentaba una alumna de máster universitario, residente en Tres Barrios (Las Candelarias, Los Pajaritos y Madre de Dios), que en una ocasión intentó hacer uso de la Biblioteca del distrito de Nervión y le espetó alguien del personal de esta Biblioteca que ella debía hacer uso de la de HYTASA, que le quedaba bastante más lejos. Como se suele decir: una golondrina no hace verano, y esperamos que fuese "sólo" un caso de indolencia laboral o claros prejuicios personales
El extrañamiento de ciertas partes de la ciudad para parte de sus ciudadanos se parece más a la interdicción de los Sancta Santorum. No porque haya una interdicciôn real, sino porque se está ante la reserva que produce lo desconocido.
En la página http://midiariourbano.blogspot.com/2011/09/la-imagen-de-la-ciudad-segun-kevin.html?m=1 hemos encontrado esta gráfica representativa de la teoría de Kevin Lynch.
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