Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

sábado, 31 de julio de 2021

La necesidad de una redefinición de los movimientos sociales

      Cuando habitualmente se oye hablar de movimientos sociales, suele ser refiriéndose a ellos como organizaciones más o menos informales y más o menos desconectadas de organizaciones políticas.

     Se suele considerar que esos movimientos sociales son algo comprometido con la sociedad y altruista, ligeramente superior en lo moral a otras instituciones y gozando de más independencia sus miembros.

     Pero esta concepción lleva implícita una contradicción: ¿Cómo puede ser un movimiento algo que, a la vez, es una organización?, es decir algo que, por antonomasia, es estático.

     Mario Diani (2015), hace relativamente poco tiempo, ha planteado esta necesidad de redefinición, y para ello hizo entonces una revisión de las distintas versiones del concepto presentes entonces. Pero ninguna de ellas parece que represente ningún avance conceptual significativo, y tampoco el autor parece que innove más allá de una detallada revisión.

     Aparentemente el problema parece estar derivado del viejo estructuralismo: se fija mucho la atención en la organización, las relaciones que hay entre los protagonistas, sus roles...

     Quizás lo primero que habría de hacerse es ver cuántos tipos de movimientos hay. Podríamos distinguir entre movimientos dirigidos a producir cambios sociales hacia nuevas situaciones y movimientos dirigidos a mantener lo que hay, o a volver a situaciones anteriores. Éstos suelen ser movimientos pendulares y casi previsibles.

     También podríamos considerarlos con respecto a las ideas, los valores, los hábitos, las costumbres, los gustos estéticos... en gran parte relacionados con cambios en los medios y en las relaciones de producción y con cambios, sutiles o no, producidas en éstas.

     Estos cambios producen, a su vez, cambios en las estructuras sociales, con nuevas clases y subclases emergentes, que ocasionan por sí mismos corrientes o movimientos más o menos espontáneos, de adaptación a las nuevas situaciones: a estos cambios podríamos denominarlos movimientos sociales.

El feminismo

     En cualquier caso, los movimientos sociales más bien parecen fuerzas subyacentes e inmateriales, que marcan tendencias hacia los cambios, ¿pero surgen espontáneamente o son inducidos? Hablando de un caso concreto: el movimiento feminista surge por sí solo, o es el resultado de la acción de feministas organizadas?¿es necesario el activismo para que surjan o se mantengan los movimientos sociales?¿el activismo favorece o entorpece los movimientos sociales?¿es el activismo el responsable de la politización de los movimientos sociales?¿La politización implica, a la larga, la esclerotización y posterior muerte de los  movimientos sociales?

El 15 M     

     Si observamos el ejemplo del movimiento del 15 M, este parece un ejemplo de reacción espontánea ante una situación de crisis social, derivada de otra económica, pero también impulsado por activistas. En este sentido podríamos preguntarnos si el movimiento del 15 M se refería sólo al papel y la presencia de activistas en la Puerta del Sol madrileña o en Las Setas de la Encarnación, de Sevilla, y si realmente ese movimiento, de adaptación e los grupos sociales a nuevas situaciones, derivadas de una fuerte crisis económica, no sería más que la punta de un iceberg, el cual concernía  la sociedad en su conjunto, y no sólo a los activistas y las activistas allí presentes.

Los derechos civiles en EEUU

     El movimiento de los derechos civiles en EEUU parece que tiene una de las razones más claras para surgir, y sin embargo quizás sea uno de los que más activistas sumó, y a algunos políticos arrastró y arrastra. En él se ve con más claridad que en otros movimientos, que la política poco hace para el desarrollo de éstos. La pone en evidencia, de algún modo.

La primavera árabe

     Desde la lejanía es difícil decir s fue un movimiento social, un cambio políticos, o una estratagema de las mal llamadas "inteligencias" de otros países. Pero sí parece que implicó a amplias capas de población, habitualmente ajenas a la política. Sus reivindicaciones parece que variaron de un país a otro, y éstas fueron degradándose poco  a poco, hasta convertirse, en algunos casos, en auténticas guerras civiles.

El ecologismo

     El ecologismo ha surgido seguramente, alimentado por diversas fuentes, pero lo que parece como causa de fondo más plausible, es el progresivo deterioro ambiental provocado por las sucesivas revoluciones ambientales. Deterioro que no es nuevo, pues cada modo de extraer recursos de sus diferentes nichos ecológicos, que ha tenido el ser humano, éste ha provocado rupturas del anterior equilibrio y, casi siempre, pérdidas de biodiversidad y de calidad del medio-en el sentido de saludable-. Quizás la novedad más reciente es que capas más amplias de población sedan cuenta de que eso es así, porque están más preparadas y entienden la relación causa-efecto entre explotación excesiva del medio ya catástrofe ecológica y empobrecimiento de la naturaleza; además de peores condiciones de vida y de salud.

El movimiento animalista

     El cambio de la percepción de los animales de meras herramientas para producir carne, leche, abrigo, huevos, etc. o como fuerza de trabajo, a la percepción de éstos como compañías o mascotas, seguramente acentuado como consecuencia del aumento de la tasa de urbanización del planeta, ha provocado, seguramente un aumento en la observación que tenemos de ellos, pudiéndose percibir en estos casos similitudes que antes pasaban desapercibidas o eran consideradas como anecdóticas o míticas. Puede que también haya contribuido a ello el método comparativo en ciencia, que ha ayudado a disminuir la influencia del animismo o la visión simplistamente icónica de ellos.


La jornada de 8 horas

     Aparentemente es el movimiento social más profundamente ligado a la acción sindical o política. Sin embargo, podemos también encontrar en él razones derivadas de las nuevas condiciones de subsistencia producidas por la revolución industrial. En esos momentos, el trabajo pasa a ser, en general, más intensivo que en la etapa pre-industrial -lo que no implica que antes no fuera más penoso, como cuando el esclavismo- y, por lo tanto, requiriendo una mayor concentración y estado de forma; derivado de esta necesidad, los trabajadores perciben que necesitan un tiempo extra para "reproducir la fuerza de trabajo" y, a la larga, los patronos también. Las fuerzas políticas o sindicales no hacen en este caso, sino de aceleradores del cambio.


     Podríamos seguir, casi indefinidamente, con esta relación de movimientos sociales, desarrollados en distintos momentos y lugares, pero lo que nos interesa aquí es comprobar qué denominador o denominadores tienen en común. Además de saber si tienen relativa autonomía con respecto a cualquier forma de organización o institución, llámese partidos políticos, sindicatos, el Estado, la religión... ¿O más bien una de las funciones de la que llama José Antonio Marina "inteligencia colectiva"? Es decir que, a partir de ese "emergente" que podemos llamar "inteligencia colectiva", las sociedades pueden generar cambios o acomodaciones de su sistema de valores, cosmovisión, ideología, creencias, formas de relación, gustos, hábitos de comportamiento... de forma casi imperceptible y sin saberse, en muchas ocasiones, cómo ni dónde se han generado.
     Nosotros nos inclinamos a pensar que las dinámicas que se generan en los movimientos sociales son relativamente autónomas, y que el papel que puedan jugar en su desenvolvimiento determinadas instituciones (como los partidos políticos) es bastante inferior al que ellos mismos se atribuyen.
     En resumidas cuentas, que los cambios que ocurren en las infraestucturas de la sociedad "subliman" a las superestructuras, sin pasar por la regulación de las estructuras, con mucha más frecuencia de lo que se cree. Lo que no quiere decir que estas estructuras carezcan de función, seguramente para dar cohesión a todo el entramado social, que de otro modo acabaría por disolverse.


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