Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

viernes, 3 de junio de 2022

Cante liviano, cantes festeros y "flamenquito"

      ¿Significan lo mismo las tres expresiones? Desde luego, por lo que respecta al uso del lenguaje, no.

     La expresión cante liviano es la más clásica, y se formula en oposición a lo jondo; es decir que es más superficial y se dirige menos al sentido profundo de las cosas, aunque eso, en muchas ocasiones, es más aparente que real, pues en el cante liviano suelen encontrarse también reflexiones profundas. Se suelen referir a alegrías, tanguillos, fandanguillos, tientos-tangos...

     Los cantes festeros, por otro lado, pueden ser algo parecido, haciendo énfasis en su carácter festivo. Generalmente se hace mención con esta expresión a bulerías, zambras, tangos, rumbas...

     El "flamenquito" parece otra cosa: en Andalucía solemos utilizar el diminutivo como forma cariñosa. Pero también puede ser una forma de quitar importancia. Suele utilizarse esta expresión cuando se trata de un cante con poca exigencia, destinado a relajarse sin más preocupaciones. Pero ocurre que flamenco sin exigencia parece algo antitético a flamenco. No tener exigencia, ¿no nos lleva a la adulteración? Suele ocurrir.

     Así pues, según estos razonamientos, si la expresión "flamenquito" conlleva un matiz cariñoso, ello comporta abrir la puerta a la adulteración; como así ocurre en la realidad.

     Aunque tenemos nuestra opinión, no vamos a decir aquí quienes creemos que adulteran el flamenco, porque no somos crítico, sino antropólogo, y no sabemos tanto como para poder señalar a quién adultera el flamenco, pero dejamos señalado el dilema; que cada aficionado decida.

    Sin embargo, sí podemos apuntar algunos criterios acerca de la calidad del flamenco: porque no todo vale. El primer criterio puede ser el compás, el segundo la entonación, el tercero la sencillez y el cuarto el aliento poético. Ahí es nada.

     Otra forma de establecer distinciones entre unos cantes u otros son las expresiones "cante grande" y "cante chico", con parecidas connotaciones a las anteriores, pero en este caso decantándose el hablante por otorgar mayor importancia de algunos cantes sobre otros.

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