Los contenidos de este blog van desde la Psicología a la Antropología, pasando por la Historia o la Pedagogía. Esta mezcla abigarrada de disciplinas y temas tiene para mí un sentido claro y este sentido es que todas ellas son ciencias sociales o humanas, intensamente interconectadas unas con otras, debido a que todas ellas tienen un común objeto de estudio: el ser humano. Aunque cada una de ellas tenga su propia metodología e instrumentos de trabajo y de análisis, que les otorgan su propia personalidad.

miércoles, 21 de abril de 2021

¿Acento?

      Cuando los propietarios de nuestra expoliada fábrica de Cruzcampo, decidieron utilizar la expresión "acento", no hicieron sino continuar con el expolio: esta vez cultural, puesto que convirtieron el derecho a utilizar los andaluces nuestra propia lengua en un acento... como el que tiene un hablante adulto cuando aprende una nueva lengua.

     Pero es que el español hemos contribuido a formarlo los andaluces tanto como los castellanos. entonces, ¿A qué viene ese empeño en llamarlo castellano?

     No se puede pasar por alto que, precisamente fuera un andaluz: Helio Antonio de Nebrija, quien escribiera la primera gramática del español, bastante tiempo después de que en San Millán quedara claro en qué consistía el castellano.

     No parece que sea una cuestión fácil de contestar, pero además de estrategias comerciales, relativamente inocentes, por ganarse a los consumidores de cerveza locales, hay poderosas fuerzas que empujan en una dirección u otra.

     En las comunidades autónomas que son bilingües, como la catalana, suelen dividir a su población en catalano-parlantes y castellano-parlantes, cargándose así de un plumazo la identidad de sus habitantes andaluces, que no han dejado de usar, a pesar del transcurrir de los años, alguna de las diferentes normas lingüísticas que componen el mosaico del andaluz, como lengua. Bonita paradoja que debería hacerlos reflexionar sobre su autenticidad a la hora de reclamar el derecho de los pueblos a su identidad.

     El italiano Paolo Azzone parece haberse dado cuenta de que en la formación del idioma español intervino algo más que el castellano. Pero nosotros lo sabemos desde hace tiempo. Y no es por los estudios lexicológicos de Manuel Alvar, o por los deficientes estudios del "Seminario del habla andaluza" de la universidad de Sevilla, por poner sólo dos casos.

     Y es que nos preguntamos si es de buen criterio proponer separarnos del castellano, convirtiendo al andaluz en una lengua distinta: renunciando a una lengua que con tanto mimo y creatividad hemos contribuido a desarrollar y enriquecer.

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